Hay una diferencia entre el que ve un obstáculo y se paraliza…
y el que lo ve, sigue con lo que estaba.
Pero entreteniendo soluciones en su cabeza.
Los desafíos no son amenazas.
Son llamados y hay que responderlos.
Los obstáculos no viene a arruinarte el día.
No vino a bajarte los ánimos ni a frenarte los planes.
Vino a entrenarte. Vino a ponerte a prueba.
Y aunque en el momento se sienta el bajon, eso es bueno.
Al resolverlo, se revierte y con intereses.
El problema no es el problema.
El problema es la solución.
Es cómo lo ves. Es un ejercicio mental.
¿Lo ves como amenaza?
Te cierra el pecho.
Solución: Respira.
¿Lo ves como desafío?
Te activa la cabeza.
Solución: Siempre respira y al ver mejor las cosas toma una decisión.
Así que bájale un cambio.
Respira.
Y seguí.
Porque estás mucho más preparado de lo que pensás.
Nos vemos mañana.
—J.